El 1967 el libro La sociedad del espectáculo puso de relieve lo que el espectáculo moderno era ya en esencia : el reinado autocrático de la economía mercantil , que ha conseguido un estatus de soberanía irresponsable , y el conjunto de las nuevas técnicas de gobierno que corresponden a este reinado. Después de los disturbios de 1968, que se prolongaron durante los años siguientes en diversos países sin conseguir derrotar en ningún lugar el orden establecido , del cual el espectáculo surgía espontáneamente , éste ha seguido reforzando en todas partes ( … ) . Incluso ha aprendido nuevos procedimientos defensivos , como suele ocurrir con todo poder amenazado . ( … )Dado que, con toda seguridad , el espectáculo es hoy más poderoso de lo que era antes , que hace con este poder suplementario ? Hasta donde ha llegado que no hubiera llegado antes ? ¿Cuáles son, en suma , sus líneas de actuación en este momento? La vaga impresión de que se trata de una especie de invasión rápida que obliga a la gente a llevar una vida completamente diferente , está ampliamente extendida , con todo y con ello , el hecho se vive más bien en la manera en que se experimenta una modificación inexplicable del clima o de cualquier otro equilibrio natural, modificación ante la que la ignorancia sólo sabe que no tiene nada que decir . Además, muchos admiten que se trata de una invasión civilizadora, por lo que parece inevitable, e incluso desean colaborar con ella. Los que se sitúan prefieren ignorar para qué sirve en concreto esta conquista y también como procede. Expondré ahora algunas consecuencias prácticas , poco conocidas aún, que se derivan de este despliegue rápido del espectáculo durante los últimos veinte años . No me propongo entrar en polémicas – demasiado fáciles e inútiles – sobre ningún aspecto de la cuestión ; tampoco intento convencer . Estos comentarios no pretenden moralizar . No contemplan lo que es deseable o simplemente preferible . Se limitarán a señalar lo que ocurre. ( … ) Guy Debord
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